Un Quijote inagotable para Manuel de Falla



Nombramiento de Hijo Adoptivo de Granada a Manuel de Falla. Pergamino de Hermenegildo Lanz, 1927. Casa Museo Manuel de Falla, Granada.

Cervantes fue uno de los autores más leídos y visitados por Manuel de Falla. Al margen del Quijote, el músico conservó veintiún libros de otras obras del escritor en su biblioteca, con algunos títulos predilectos que se repiten de forma reiterada. Por ejemplo, solo de El celoso extremeño existen hasta siete ediciones diferentes, una cantidad nada desdeñable que refleja ese interés. Por otro lado, el músico se documentó sobre cualquier novedad cervantina: asistió a conferencias, se informó sobre festivales, estudió las últimas novedades bibliográficas, e incluso adquirió algunos volúmenes para regalar a sus ahijados, con el claro deseo de propagar ese legado cultural entre los menores.

Del Quijote, Falla atesoró una auténtica colección de ediciones: treinta ejemplares de muy diversas épocas y características, incluidas traducciones al francés, inglés y alemán. Esto nos permite hablar de una verdadera quijotemanía en Falla, quien consideró al Caballero de la Mancha como epítome de la cultura española. De hecho, en 1922 el músico se refería a Don Quijote como un personaje «inagotable», y solo tres años más tarde reconocía que musicar a Cervantes había sido para él «el más bello de los sacerdocios». Que a pocos meses de su fallecimiento Falla anduviera ocupado en una versión cinematográfica de El retablo de maese Pedro muestra hasta qué punto el Quijote fue un tema recurrente, que atravesó su trayectoria creativa de principio a fin.

2. El proceso creativo

1. La magia de los títeres